sábado, 16 de agosto de 2008

"Zaratustra, mi hijo"


INTRODUCCIÓN

Nietzsche, un mito de mitos: "Zaratustra, mi hijo" (1)



"BEROWNE: Pues cada hombre nace con pasiones que tan sólo una gracia especial puede dominar, no la voluntad".
Shakespeare, Penas por amor perdidas.



Por necesidad psicológica y deliberada consciencia, Friedrich Nietzsche se generó a sí mismo, en cuerpo y mente, como el cosmos de un mito de mitos. Como en un calidoscopio, él se transmutó -transformó, según su propia palabra- y se forjó en la existencia y acciones de los mitos y los dioses, tal y como dan razón su biografía y sus obras, hasta transmutarse -transformarse- en el dios de dioses que se hizo fuego.

Como mito y dios, Friedrich Nietzsche, muere y es desmembrado, sucesivamente, para resucitar -no renacer- encarnado, cada vez, cada fin y principio, en un nuevo dios, en ese su viaje de iniciaciones que lo macerará y preparará para concebir y gestar a Zaratustra y, así, fundirse y sublimarse -¿ser devorado?- en "su hijo".

Ese proceso fue el resultado del matrimonio sagrado, "hieros gamos" que, en sí mismo, Friedrich Nietzsche consagró para Razón e Imaginación, Logos y "Mythos" y, en el cual, Eros concibió y gestó a Zaratustra y una obra de imágenes e ideas a la que también se puede extender la explicación que da Eugen Fink para Así habló Zaratustra:

"[...] no es ni poesía ni filosofía, si se toman estos conceptos en el sentido tradicional, como oposición de poetizar y pensar. En Nietzsche también esta división y duplicidad de la comprensión esencial del mundo se vuelven discutibles" (2).

Los estudiosos de su vida y su obra las dividen en etapas o períodos, por supuesto teóricos, en concordancia con las transformaciones vitales, temáticas y estilísticas que el análisis e interpretación hace de ellas según criterios tan subjetivos o lógicos, al gusto de cada quien.

Para mi gusto y necesidades, la mente de Friedrich Nietzsche se encarnó en un mito de mitos que, de acuerdo a las circunstancias, se fue transformando y ampliando hasta pretender abarcar, en sí mismo, ese cosmos que era un círculo cuyo centro se ubica en todas partes y su circunferencia en ninguna parte.

En su infancia y juventud fue la encarnación del mito cristiano cuyo héroe fue su padre. Luego da paso a la encarnación de los mitos antiguos, europeos, orientales, griegos y latinos, cuyos héroes fueron Richard y Cósima Wagner. Tras el rompimiento con la pareja, se encarna en un mito apolíneo-positivista del que fue héroe Arthur Shopenhauer. A los treinta y cinco años inicia su encarnación de Dionisios/Orfeo, mediante los que concebirá y gestará a Zaratustra y cuyo héroe no será un hombre sino una bella mujer: Lou Andreas Salomé. En esta encarnación se irá fundiendo y sublimando hasta el Fuego y Silencio final, última encarnación -¿desencarnación?-, cuyo héroe, para que todo este mito de mitos sea congruente, será "el caballo de Dostoievski" y el monje y mago ardiendo en Campo di Fiori, Giordano Bruno.

Para la interpretación que propongo de ese Friedrich Nietzsche, mito de mitos, calidoscopio, recurro, también, a las fuentes griegas para, así, realizar una analogía en la que, los tres espejos que forman un calidoscopio y las imágenes proyectadas por este maravilloso artefacto, serán las visiones de los horizontes de la mente de Nietzsche, resultantes de la fundición y destilación de las materias y los materiales de su vida, pasiones y pensamientos, en la búsqueda de una piedra filosofal en sí mismo.

En cada uno de esos tres espejos: el del Eros, el de la Razón y el de la Imaginación, se proyectan y reflejan esas materias de la vigilia y del sueño de la mente de Nietzsche, para ser transmutadas por las musas en una manía o locura sagrada y poética: su escritura.

Esa locura con la que los dioses premian y castigan, simultáneamente:

"A quien un dios quiere destruir, antes lo enloquece" ("Quem deus vult perdere, dementat prius").

Esa locura que para Sócrates era de cuatro clases: la concedida por Apolo que es profética; la que otorgan Afrodita y Eros, erótica; la de Dionisios que es locura ritual y la de las Musas, locura poética.

Cada etapa de la vida y de la obra de Friedrich Nietzsche tiene su propia explicación y si bien, teórica e interpretativamente son separables, son siempre unidad que actúa como tal y que se va concibiendo, gestando y transformando, en el espacio y el tiempo de su vida.

En esas condiciones y para mi interés, voy a considerar sólo aquella etapa en la cual es concebido y gestado Zaratustra, teniendo en cuenta aquellos otros aspectos de lo pasado y lo futuro necesarios para el análisis, la interpretación y la dotación de sentido que exige mi lectura. Sobre las otras etapas de la vida y la obra de Friedrich Nietzsche existe suficiente ilustración en el mercado académico, los cuales pueden ser interpretados por quien quiera como quiera.

En este contexto, Zaratustra es la máxima realización de la mente de Friedrich Nietzsche, es el resultado de sus previos procesos de transformación y será la figura y motivo de lo que devendrá: Fuego y Silencio.

El proceso de la concepción y gestación de "Zaratustra, mi hijo", se inicia en la primavera de 1878 al romperse las relaciones de Friedrich Nietzsche con Richard y Cósima Wagner, a lo que se suma el distanciamiento de las ideas de Shopenhauer -la muerte de los héroes- y su retiro de la Universidad de Basilea y concluye durante los primeros diez días de febrero de 1883, durante los cuales, Friedrich Nietzsche, escribió la primera parte de Así habló Zaratustra. De ahí en adelante vendrá el fundirse y sublimarse -¿ser devorado?-, a sí mismo en Zaratustra y en el Fuego y el Silencio.

Luego de la muerte de los héroes -Richard y Cósima Wagner y Shopenhauer-, advendrá la muerte y desmembramiento del dios Friedrich Nietzsche, la que se anunció e inició en la Navidad cristiana de 1878:

"Aurora. En esta obra Nietzsche sacará las más duras consecuencias de su encontronazo físico con la Navidad cristiana de 1878 en Naumburg, en dónde Nietzsche siente estar a las puertas de la muerte" (3).

Muerte y desmembramiento que para junio de 1881, en Sils-María, ha llegado a su culminación:

"Carta de Friedrich Nietzsche a Paul Rée, Sils-María, 8 de julio de 1881:

También yo acabo de vivir tiempos difíciles y me he acercado nuevamente al Engadin, mi viejo lugar de salvación: "todavía no libre del cuerpo", y en lo que concierne al alma, lea mi libro que le enviará nuestro editor (Nietzsche se refiere a su libro Aurora). A veces tengo la impresión de mirar las cosas y personas como si hubiera muerto desde hace tiempo: se mueven, me asustan y me maravillan, pero estoy muy alejado de ellas. El que se ha extraviado por siempre y precisamente por ello tan cerca de usted" (4).

Tres meses antes de esta carta ya se había sucedido la anunciación del advenimiento y el inicio de la génesis de Zaratustra. Ocurrió en la primavera:

“En una pequeña localidad termal de montaña, no lejos de Vicenza, en Recoaro, donde pasé la primavera del año 1881, descubrí juntamente con mi maestro y amigo Peter Gast, también él un “renacido” que el fénix Música pasaba volando a nuestro lado con un plumaje más ligero y más luminoso del que nunca había exhibido” (Ecce homo, pp. 93-94) (*).

En agosto y en pleno verano de 1881, se produce la concepción:

“Voy a contar ahora la historia de Zaratustra. La concepción fundamental de la obra, el pensamiento del eterno retorno, esa fórmula suprema de afirmación a que se puede llegar en absoluto –es de agosto del año 1881: se encuentra anotado en una hoja a cuyo final está escrito: “a 6.000 pies más allá del hombre y del tiempo”. Aquel día caminaba yo junto al lago de Silvaplana a través de los bosques; junto a una imponente roca que se eleva en forma de pirámide no lejos de Surlei, me detuve. Entonces me vino ese pensamiento” (Ecce homo, p. 93).

El inicio de la gestación tardará todavía un año, hasta tanto se haga presente la que será la madre de "Zaratustra, mi hijo”: Lou Andreas Salomé:

"Carta de Friedrich Nietzsche a Lou von Salomé en Stibbe, Tautenburg, 26 de junio 1882:

Si nos sabemos aceptar recíprocamente y se adaptan nuestros respectivos estados de salud, algún provecho sacaremos. Nunca había pensado hasta ahora, que usted debería "leer y escribir" para mi; pero me gustaría mucho ser su profesor. En fin, para ser completamente franco: estoy buscando personas que puedan ser mis herederos, tengo muchas cosas que decir que no están en mis libros, y busco para tal fin, el más hermoso campo y también el más fértil.

¡Vea mi egoísmo!" (5).

Un día después de la carta anterior:

"Carta de Friedrich Nietzsche a Lou von Salomé en Stibbe, Tautenburg, probablemente el 27 de junio 1882:

"Fui formalmente derribado por el hecho de convertirme en un "hombre nuevo" -como consecuencia de una soledad demasiado rigurosa y de una completa renuncia al amor y a la amistad [...]. En mi todo es siempre humano, demasiado humano, y mi locura crece al mismo tiempo que mi sabiduría" (5).

Se sabe que Lou Andreas Salomé respondió afirmativamente a la convocatoria de Friedrich Nietzsche el 30 de junio de 1882 por la carta que este le responde el 2 de julio de 1882:

"Carta de Friedrich Nietzsche a Lou von Salomé en Stibbe, Tautenburg cerca de Dornburg, 2 de julio 1882, Turingia:

Mí querida amiga:

¡Por fin el cielo se ha abierto sobre mí! Ayer al mediodía pareció como si fuera mi cumpleaños: llegó su promesa, el más hermoso regalo que nadie hubiera podido hacerme en este momento -mi hermana me envió cerezas. Teubner me mandó las tres primeras pruebas de la "Gaya Ciencia", además acababa de terminar la última parte del manuscrito y con ello la obra de seis años (1876-1882), todo mi "Libre pensamiento"! ¡Qué años! ¡Qué torturas de todas clases, que soledades y que hastío de la vida! Y para poder hacerles frente contra la muerte y contra la vida, he preparado esta medicina, mis pensamientos con una pequeña franja de cielo abierto sobre ellos: querida amiga, cada vez que pienso en todo esto me trastorno, me conmuevo y no sé como he podido lograrlo. Un sentimiento de autocompasión y de victoria me invade por completo. Pues es un triunfo completo ya que incluso la salud física ha aparecido y todo el mundo me dice que parezco más joven que nunca. ¡El cielo me libre de hacer locuras! Pero desde ahora, estaré bien aconsejado por usted y nada tendré que temer.

[...] No quiero estar más solo, y quiero convertirme de nuevo en un humano. ¡Ah, todavía tengo que aprenderlo casi todo en ese dominio!

¡Acepte mi agradecimiento, querida amiga! Todo saldrá bien como usted ha dicho" (6).

Friedrich Nietzsche, el mito, ¡ha resucitado!

Un padre resucitado, una madre mitificada y, "Zaratustra, mi hijo", concebido y engendrado por un humano mitificado y gestado por una humana ascendida a diosa, ha iniciado la tragedia de su gestación y alumbramiento…

Tras el nacimiento de "Zaratustra, mi hijo", Friedrich Nietzsche se transformó o transfiguró en flama y su mente ardió hasta consumirse, como Giordano Bruno, el monje y mago, devorado por el fuego de su propia criatura.

Esa es la historia que voy a contar ahora junto con las circunstancias que intervinieron en esa génesis.


NOTAS

(*) Las citas de las obras de Friedrich Nietzsche, corresponden a las publicadas por Alianza Editorial, Madrid.

(1) Curt Paul Janz, Friedrich Nietzsche, Biografía, 3. Los diez años del filósofo errante (1879-1888), Alianza, Madrid, 1985. http://www.paginasobrefilosofia.com/html/prebiogr.html

En la Carta de Friedrich Nietzsche a Ida Overbeck, en julio de 1883, este llama a Zaratustra, mi hijo y anuncia, con desesperación, la iniciación de su fundición y sublimación en él:

"Toda esta situación Nietzsche la vive alterado. Un párrafo (suprimido por Köselitz) de su carta del 26 de agosto de 1883 a Köselitz manifiesta estremecedoramente lo próximo que se sentía ya en ese verano del derrumbamiento total: «El curioso peligro que corro este verano se llama -para no retroceder ante la temida palabra-- locura, y de igual modo que el invierno pasado, contra todo pronóstico, cogí una fiebre nerviosa realmente larga -¡yo, que nunca había tenido fiebres-, podría suceder también algo que jamás he creído me sucediera a mí: que pierda la razón.» En su desesperanzada situación ya se había confiado antes a la esposa del amigo, Ida Overbeck, hasta el punto de que pudo escribirle a mitad de julio (1883): ... Pero así, me sobrevino una especie de locura; y ya no puede arreglarse en modo alguno el hecho de que mi fantasía y mi compasión hubieran de debatirse durante un año aproximadamente en el fango de esas experiencias. Creo que he soportado ya más de lo suficiente, cinco veces más de lo que a una persona normal la lleva al suicidio: y todavía no ha acabado... Ahora vuelven a estas cosas. Mi hermana quiere tomar venganza de aquella rusa -está bien, pero hasta ahora he sido yo la víctima de todo el asunto. No se da cuenta de que falta apenas una pulgada para el derramamiento de sangre y para las más brutales posibilidades -y trabajo y vivo aquí arriba este verano como 'alguien que hace testamento'. -De hecho, sin los objetivos de mi trabajo, y la inexorabilidad de esos objetivos, ya no viviría. En ese sentido, el salvador de mi vida se llama Zaratustra, mi hijo Zaratustra.»

(2) Eugen Fink, La filosofía de Nietzsche, Alianza, Madrid, 1996, p. 73.

(2) Curt Paul Janz, Friedrich Nietzsche, Biografía, 3. Los diez años del filósofo errante (1879-1888), Alianza, Madrid, 1985. http://www.paginasobrefilosofia.com/html/prebiogr.html

(3) Friedrich Nietzsche, Lou van Salome, Paul Rée, Documentos de un encuentro, Laertes, Barcelona, 1982, p.58.

(4) Friedrich Nietzsche, Lou van Salome, Paul Rée, Documentos de un encuentro..., p.105.

(5) Friedrich Nietzsche, Lou van Salome, Paul Rée, Documentos de un encuentro..., p.106.

(6) Friedrich Nietzsche, Lou van Salome, Paul Rée, Documentos de un encuentro..., p.107.

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"Zaratustra, mi hijo" por Iván Rodrigo García Palacios se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.